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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Frente al destino ***

(*** nombre indefinido)


La fuerza del destino es imparable. No hay de evitarlo, es como Dios en algunos aspectos. “Nunca saben a donde van a llegar”, decía un viejito tocándose los pies. Cuando se elude el tiempo para que se cumpla un destino, lo que al final queda es lo que se debe de criticar…

¿Cuál fuel el fin de aquel destino? ¿Cuánto más pudo crear? Las razones del destino pueden ser insignificantes para algunos, sin motivo no razón. Pero del otro lado de la tortilla algo ya se coció. Miremos como va a reaccionar. Cuantas cosas nos tiene guardadas el destino. ¿Cuántas buenas enseñanzas se quedan en el camino? Decía ahí: “hay que exprimirle la garganta a los viejos para que nos den de que hablar”. Ahora si cae el veinte. Muchos llegan a viejos porque la supieron librar, otros por solo poder respirar. Los que a viejos pueden llegar son los únicos que tuvieron que aprender a superar los “peldaños de la vida”, como también decía ahí. Supieron librarla y no se la pasaron echando cana en algún penal. Mas cuando de ahí se sale con canas los conocimientos que se pueden tener puede que sean muy fuertes y crueles para la sociedad, pero muy aptos para una labor desempeñar. Pero a caso eso es lo que el destino guarda para todos? Un oficio, un trabajo, una profesión, un sueño, una ilusión, la cárcel o l panteón. Esta ultima, es una opción que nadie se le puede escapar, así que no es opcional. Todos nacimos para morir, pero antes de morir. Con los ojos rojos o bien glaseados, cuanto fue que vimos que podamos recordar y que nos hagan reír, llorar, platicar; razonar. Y si vamos a morir, ¿a cual de todos le vamos a enseñar más? Cuando aquel momento final haya llegado y las miradas se crucen por ultima vez. ¿Quién podrá relatar todo aquello que en esas dos vidas se pudio transmitir? Cuantos miedos… ninguno porque esos pesan demasiado para vivir con ellos. Quizá ninguna pena, pero si el peso de ellas y el sabor, solo el sabor de la eterna condena.
En un pergamino encontrado en un sueño de uno que fue un buen maestro que tubo que pagar con su propia vida la ultima cátedra. Estaba escrita su vida, peo como el olvido es parte de la esencia de los sueños nadie lo podía leer y recordar todo lo que ahí estaba escrito. Hasta que hubo alguien que escucho algo que el destino le tenia guardado y lo decido recordar […] Era un día como cualquier otro. Si el día de la semana fuera relevante para poder aprender todos esperaríamos un día en la semana, pero nada de eso solía pasar. La mente en blanco, las penas y la carga del día me llevaron a aquella cantina. La vida me había enseñado su lado mas amable en los brazos de mi madre. Pero cuando aprendí a caminar, la tierra y el suelo son las que me recibieron al caer de rodillas para poderme parar erguido otra vez. Y cuando lo intenso del camino, de la vida y lo caliente del sol no había nada mejor que una cerveza para refrescar. Ninguno nace demasiado tonto como para no poder aprender, y cuando se sobrepasa ese punto es casi una obligación enseñar.
Ahí estaban, no los pude percibir a todos, pero si los pude distinguir. Ninguno de ellos formaba parte de mis problemas, así que ni mi atención merecían. Mi cerveza y mi cigarro era lo que había decidido que me interesan por el momento. Hasta que vino uno de ellos a pedirme algo que el no sabia que no le iba a dar. “sabes que, dame todo lo que tengas y no hagas pancho” me dijo el chamaco. Hizo que me parara para enseñarle y hacerle ver a un chamaco que nunca sabia con quien se estaba metiendo. Mis palabras no les fueron suficientes y con golpes le tuve que mostrar que los años son los que mas nos dejan, por un tiempo hay que aprovechar todo eso, antes que los mismos años nos dejen sin fuerzas. Las mismas que son necesarias para una enseñanza y demostración dar.
Pero a veces se confunde la acción humana con el destino. Cuando pintamos el panorama de una desgracia, puede que no sea así. Solo es algo que nosotros no queríamos ni esperábamos, y eso era lo que el destino nos tenia reservado. No sabemos ni como, ni cuando ni a quien le vamos a dar la ultima lección. En los años, la experiencia es lo que mas cuenta en todos los aspectos de la vida, la fuerza también, aunque sea solo para imponerse ante los mas débiles y aptos, y la serenidad que llega después de varios tropiezos; una mezcla de todo eso fue lo que pude reflejar frente a aquel joven lleno de impulsos y de ansiedad. Cuando se acerco a mi, antes que pudiera decir alguna palabra pude oler sus intenciones. Sus fuerzas, sus impulsos, sus intenciones y su falta de cordura en la que se vive en los años de juventud eran perceptibles a cualquier ojo, los de mi alma lo pudieron ver. Cuando no se quiso alejar, como en una película que ya había visto  todo se me revelo. Cerré los ojos y cuando reaccione me di cuenta que los tenia abiertos, vi al joven en el suelo lleno de sangre en el rostro. Inmediatamente lo vi a los ojos, ardían en rabia y se llenaban de rencor conforme lo miraba. Salí del lugar en el que habíamos terminado lo mas sereno y rápido posible. Y como dicen los grandes, consideré todo como un sueño y una muy buena experiencia. Un sueño que no olvidaría, un sueño en el que mis habilidades se habían hecho realidad, y la experiencia que se puede llegar a tener se pudo ver por instantes reflejada. Así era, así quedó.
Las lunas se llenaron y enverdecieron los arboles con las primaveras que le siguieron a aquel recuerdo, aquel sueño que ya se me estaba olvidando. De la rutina, era casi imposible deshacerse de ella, la monotonía de los días era un juego que nunca iba a acabar. Siempre, bajo cualquier circunstancia  había encontrado la manera de solventar las necesidades ´primarias. Los lugares que se frecuentan casi siempre son los mismos, no nos acostumbramos a conocer otras versiones de las mismas cosas. Misma ciudad, mismos lugares, personas, casi siempre son las mismas cosas. Es muy difícil, una vez que nos arraigamos a algo o a alguien, dejarlo. Y voltear a verlo solo como un recuerdo del pasado. Cuando caminamos por la vida, y el destino no se nos anuncia con anticipación, a veces pareciera que estamos viviendo un sueño, en el que no sabemos de que se trata. Hasta que nos despertamos en una pesadilla; es mas dura la realidad […] ahí estaba el mismo. Lo vi en los ojos mientras sentía punzadas frías primero, que después se calentaron muy rápido. Lo vi a los ojos, ya no miraba igual. Solo el sabia lo que le pude enseñar.

Sin sentido momentaneo



Nada era interpretable […] y mientras esperaba, no era más que uno más en el montón. Me imaginaba a ellos mismos mirándome en su posición años atrás. Cara a cara, si me conociera, ¿que le pudiera decir? ¿Qué le pude haber dicho? Que podría…
Cerrando los ojos con los audífonos puestos, pretendiendo escuchar música mientras esperaba, tenia que dejar ir el tiempo así nada mas. ¿Que conocemos? Por que no tratamos de dar lo que necesitamos. Pensó en voz baja mientras cambiaba las canciones por puro instinto, ninguna canción lo encontraba todavía. Cuando callaba, no solo callaba; no podía callar su mente, su consiente, su conciencia, que le hablaba de vez en cuando. Era como una relación de trabajo en la que era imposible permanecer callado. Si las condiciones de trabajo impiden hablar, uno que otro comentario suele escaparse.
No podía tener momentos de completo silencio si estaba despierto, solo cuando dormía no escuchaba nada. De vez en cuando el sub consiente le hablaba, pero el no podía recordar todo lo que le decía. Las puertas del alma siempre le daban de que hablar. Cuando decidía callar, sus pensamientos escuchaban música, ponía su atención en alguna canción.  Pero cuando la música daba de que hablar y mucho que pensar, los pensamientos no podían callar. Interrumpían la música, pero cuando la música callaba, frecuentemente  sus pensamientos venían de aquello que veía y escuchaba. No lo sentía, pero se daba cuenta de lo fácil que se puede ir la vida.
Podía ver que lo que no dejaba que fueran lejos sus pensamientos y resoluciones. Lo intrigaban los aspectos relacionados con la identidad; suya y de los demás. Un  niño ni siquiera sabe quien es o quien llegara a ser -se decía- En algún momento cuando cumples veinte te das cuenta que algunos de tus sueños infantiles están perdidos. En esta ocasión  el silencio le hablaba dentro de su cabeza mediante algo que el identificada como conciencia (el preferido silencio que eta más arriba de las nubes). Pero ella se declara ser una abogada, que después de todo declara inocente a aquel que a esa edad ya encontró su identidad, aquello que no dejara hasta el día que valla a morir. Nadie es condenado, si el futuro promete ser largo por parte del viviente.
Para los hombres es una edad en la que las fuerzas son suficientes para el trabajo de un día aunque parezca que para nada mas, siempre quedan fuerzas para en la noche trabajar. Aunque esta es la seña de estar perfectamente habilitados para toda responsabilidad. Si las decisiones no son las que rinden frutos a corto plazo, de ahí en adelante seguirá escuchando que los pocos años jóvenes que te quedan pronto se enfrentaran y se esfumaran hasta que todos se den cuenta que ya se han ido. –todo esto rumiaba mientras abría y cerraba los ojos. No parpadeaba. Cuando sus pensamientos eran más fuertes perdía noción de lo que escuchaba y esta vez no había sido la excepción. Abría los ojos y miraba sin ningún punto fijo, miraba todo, pensaba. Y así se mantuvo hasta que le cayó el veinte. Cuando regreso a la tierra, algo le tradujo el final de una canción, que lo levanto y lo hizo poco pensar y caminar. 

Cuando uno decidió callar



Déjame contarte algo, -dijo el menos joven- Prosiguió. A raíz que veo que también estas perfectamente dotado de las capacidades y habilidades para descubrir lo dulce de las cosas y lo rico e la vida, te diré. Es algo que has descubierto desde hace mucho tiempo se te ha dado la suerte de saciar aquellos gustos por al comida sin hacer mucho esfuerzo. Hay etapas en la vida –le seguía diciendo mirándolo de vez en cuando a los ojos- por las que todo hombre debe de pasar para llegar a serlo. Muchos fracasan en el intento y por estar tan abajo en las expectativas que la vida misma les tiene preparado para todos no se puede ver con claridad los niveles de mediocridad e ignorancia en los que uno se encuentra en esos momentos. Por  estar así, en ese estado que os contagia con despotismo y arrogancia es muy poco el alcance que tienen tus ojos al tender tu mirada. 
Estas son palabras que un padre le debería heredar a sus hijos pero el tuyo murió un poco antes de la edad en la que yo estoy viviendo. Pero seguro que tu padre ya se había dado cuenta de los aspectos en los que los integrantes de una familia tienen que hacer paras poder comer en casa. Todo llega a algún lugar por algo y por alguien. Las naranjas, los mangos, los plátanos, los nanches y todas las frutas que tus labios puedan guardar crecen solas. Pero alguien debe sembrar la semilla. A veces, Dios vestido entre la naturaleza encuentra la manera de por si misma regar y fecundar semillas en la tierra, pero no todos corremos con la suerte de cosechar frutos de esos arboles. Por eso en nuestra obligación a cierta edad en la vida ir y regar semillas. Sembrar aunque sea en tierra ajena para poder siquiera por merito, sea concedido o no el derecho de cosechar.
Esa es la única manera para algunos de poder disfrutar de las cosas que la tierra nos provee para entretenernos comiendo algo, antes que ella nos coma. Para otros, hay formas también de adquirir lo deleitable para el paladar. Y así corrientemente hablando le llaman trabajo. Hay que hacer algún tipo de esfuerzo o trabajo para poder gozar de algunos privilegios en la vida y del dinero. Hay que mantener un oficio ala larga. Nunca, casi estoy seguro de eso, que nunca te has preguntado como es que siempre tienes algo que llevarte ala boca. ¿Como es que llega ahí? ¿Quien lo trajo? ¿Para quien lo trajo? ¿Quién lo hizo? ¿Para quién lo hizo? ¿Como lo hizo? Y si alguna vez te has cuestionado alguna de estas variantes, ¿Cuántas veces le has dado la oportunidad a alguien de que se pregunte lo mismo? y si son demasiadas palabras para que proceses en muy poco tiempo te lo diré en otras palabras. ¿Cuánta veces has hecho, traído, comprado algo y lo hayas dejado, guardado u olvidado en el refri, en la mesa y que alguien  mas excepto tu lo encuentre? Y quizá termine actuando de la misma manera en que yo o tu actuaria y lo aprovecharía por ver lo mismo que tu. ¿ se entiende lo que te quiero decir?
Desafortunadamente las maquinas y la tecnología hacen que lo hombre se haga mas sedentario y aunque no sepa se haga mas propenso a la diabetes por los malos hábitos alimenticios. Aunque esta pueda ser ora cuestión a tratar, no lo será en esta ocasión, no será este el tiempo. Las maquinas y los artefactos de la civilización le impidieron al hombre realizar mucho esfuerzo. El agua llega y sale por una manguera que en la punta tiene una pieza metálica con un seguro de tuerca que le llamaron llave. Antes se escarbaban fosas sépticas y se acarreaba agua en tambos de 20 lts. Que contuvieron pintura por lo regular. Se acarreaban llenos de agua desde el poso más cercano y les pagaban a los niños más vivos y habilitados para hacer el trabajo, cuando nadie mas quería ni podía hacerlo. Y así, señoras con los mismos problemas que las de ahorita le enseñaban al niño que estuviera dispuesto a aprender empíricamente la necesidad, el gusto, los privilegios y los frutos del trabajo. A veces la suerte es tanta que con el pro merito y con la buena intención de hace las cosas se gozan de los frutos, pero hay que hacer el intento para saber si corremos o no con esa suerte.
En otras ocasiones, en otros tiempos y con otras personas he tenido la oportunidad de compartirle unos pensamientos, en los que a mi perspectiva digo que todos deberíamos estar dispuestos a hacer, crea todo aquellos que nos gusta. Si nos gusta el futbol, por que no jugarlo. Si nos gustan las empanadas, por que no aprender a hacerlas sin esperar a que alguien nos las haga. Si todavía nos gustan las caricaturas, por que no mejor jugar a las escondidas, a la pelusa, a las canicas, a la mata tena, a la cuartita, a saltar la cuerda, con un trompo, un yoyo o una de tantas cosas que se pueden hacer para disfrutar lo simple de la vida. Más todo, deberías asimilarlo ahora que es tiempo para que te vallas acostumbrando. Espero sigas creciendo, quizá llegues a ser padre y tengas la oportunidad de enseñarle a los tuyos. Ojala aprendas bien las cosas buenas, y escuches lo que te digo para que a los tuyos puedas enseñar mejor.
En todo esto no lo interrumpió el más joven, mientras cerraba la puerta.